jueves, 28 de marzo de 2013

Llorarlo Todo.... pero llorarlo bien!

Lloremos. ¡Ah! Lloremos
purificantes lágrimas,
hasta ver disolverse
el odio, la mentira,
y lograr algún día
—sin los ojos lluviosos—
volver a sonreírle
a la vida que pasa.


Oliverio Girondo