lunes, 1 de abril de 2013

Dos de Abril

Y sí... no había un vos.
No tengo dónde ir a morir.
Porque el vos no existía.
Existe en otra realidad con otra vida.
En esta realidad que vivo yo
sólo estoy yo y esos demonios
que se burlan de mí,
que juegan conmigo,
se divierten viéndome tropezar con esa maldita piedra.
Sufrir. Sin arrepentimiento.
Llorar. Con ahogo.
Morir en mi cama como todas las noches.
Despertar en otro mundo lejos de la que fui.

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