lunes, 6 de septiembre de 2010

Hasta que me harte de Boccanera!!!!!!!

afuera
no muy lejos
la estrella herida de la tarde rueda como un gato sin fuerzas sobre el techo del mundo
aquí
casi a nueve peldaños de la muerte tus ojos encuentran a los míos
y no tenemos tiempo siquiera de despertar.
(El Altillo – J.Boccanera)

Oasis
Caminé en el desierto de tu lengua. De cada polvareda hice un recuerdo grato. De una piedra redonda, un amuleto. De las verdes tormentas hice un bosque. De cuatro lagartijas, un amigo. Caminé,
¿Para qué? Si el que habla de estas cosas es apenas el viudo de tu lengua.
¿Para qué? Caminé,
Caminé. El bosque, el amuleto, el amigo, el recuerdo, son puñados de polvo.
¡Tanto excavar por una sola perla de agua!
¡Todo mi harén es una Sordomuda!

VI
Lluvia,
somos dos extranjeros,
mi nombre como el tuyo es una travesía,
un deambular por puertas cerradas para siempre.
La gente entra en mi sueño como por otra casa
y tus breves colores se deshacen contra el olvido,
pero ya lo sabemos,
no hay nada que tratar con su navaja,
nada que preguntar en sus regiones.
Lluvia,
somos dos extranjeros,
nos separa una herida.

Polvo para morder

A veces la palabra
como una copa rota donde morder el polvo
y otras veces un agua de alumbrar.
Asomada a los cielos, la palabra,
es un tambor de polvo deshecho al primer golpe.
remando en el infierno, la palabra,
es un agua posible sobre un manto de cólera.
Entonces, la palabra,
¿polvo, para morder en la oscuridad?
¿Agua, para alumbrar este cuerpo callado?


Bésale las piernas a la poesía
aunque diga que no que aquí nos pueden ver.
Bésale las palabras, hurga su lengua hasta
que abra los brazos y diga ¡Santo Dios!
o hasta que santodios abra los brazos de escándalo.
Bésale a la poesía a la loba aunque diga que no que hay mucha gente que aquí nos pueden ver. Bésale las piernas las palabras hasta que no de más, hasta que pida más hasta que cante.

Hada
Se alimenta de carne de venado, de hojas grandes y verdes, pero vomita nieve.
Se desliza a gran velocidad, sube a los altos picos y cuenta lo que todos callamos.
¿Podría patinar sobre un pie?
¿Dibujar en un pie?
Voy a decirlo de otro modo: la Sordomuda pasa con su cuerpo ladeado para recuperar el equilibrio. Aquí todos la aclaman: “no hay palabras, es única”.
Con su pasamontañas se desliza. Clava sus espolones y mi lengua aterida se enrolla en viejos miedos. Y así ella se alimente de frutas amarillas o de peces plateados, siempre vomita nieve. Cuando vomite al bosque, yo lo conoceré.
Ahora está en la pendiente: “no hay palabras, es única”.
Yo rito del trineo, con mi hocico escarchado poco puedo decir.
Para ella los aplausos porque puede bailar, dar vueltas como un trompo.
Y si se lo propone, podría leerle los labios a un muñeco de nieve.

¿A esto le llamas ayudarme?
Yo dije "bésale las piernas a la poesía". Y también "bésale las palabras". Yo dije "hurga su lengua". Y dije "hasta que abra los brazos". Yo dije "bésale las piernas, las palabras". Y dije "hasta que no de más". Y "hasta que pida más". Y dije "hasta que cante". A qué alegar ahora si ella en verdad cantó. ¿Fue un sueño? ¡Qué más da si era mímica y disco, si era patraña y ruido! Sé que la oí cantar, ¿qué cambia que hubiera sido de otro modo?

Autoplagio
Latigazos de sombra desordenan tu cuerpo, en la fotografía donde te estoy pensando, y soy el extranjero que descubrió tu rostro y se animó a escribirlo, que era como besarlo.

Siempre estoy comenzando este poema
siempre estoy comenzando este poema pero claro llaman a la puerta las voces cotidianas o se cae a pedazos el día diecinueve o se me sube rosi a las rodillas o caigo en la guitarra buscando no sé qué ... siempre estoy comenzando este poema pero llegan recuerdos de una ternura un día o me sirven café o voy a ver al boby que está ladrando mucho y escribo una palabra y ya viene la tarde con su naufragio entonces pongo la ternura en una botella para que alguien recoja pedazos de mis ojos ... siempre estoy comenzando este poema pero llega la noche quiero decir tu pelo mojado quiero decir que crezco y que salgo a caminar tu nombre

Ella
viene despacio entra tropieza con mi tos con mi costumbre de dejar la nuca en cualquier parte viene despacio ordena mis silencios desata las palabras necesarias recibe la correspondencia de mis ojos viene despacio a tender sus manteles de ternura viene despacio apenas echa humo para no despertarme se abre paso entre vasos arrojados al día retratos de mujeres noches de bronca y noches de ginebra viene despacio entra se arrodilla al borde de mi alma a juntar los fragmentos de mi risa después se vuela azul como la tarde


a veces soy la voz del otro lado del teléfono
a veces un aliento
una ciudad enorme donde te encuentro a veces por supuesto
una fecha
un saludo que cruza el cielo velozmente
dos ojos que te miran
un café que te espera después de la llovizna
una fotografía
una mano en tu mano
desesperadamente una canción
etcétera
y siempre o casi siempre nomás ese silencio donde solés colgar tus prendas íntimas.

ensayo breve sobre la honestidad poética
no es que los poetas mientan es que los mentirosos quieren hacer poesía
carta del suicida
lo poco que he vivido me ha hecho perder demasiado tiempo
(mi terapia, la mejor, la única que conozco)

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